
En este aspecto es importante hacer claridad, pues ser colega no significa estar en contravía de la ética profesional, pues el colegaje no debe conducir al encubrimiento del colega pues si éste hace algo inadecuado, debemos defender a las personas perjudicadas por la inadecuada actuación. Existen varias razones por las que debe existir el colegaje, dentro de las que se encuentra principalmente la colaboración mutua entre profesionales acompañada de la camaradería. Y es que cuando un colega solicita apoyo, éste debe prestarse con gusto.

Se puede pensar que ningún profesional puede ejercer su profesión u oficio de manera aislada. Se necesita la ayuda de otros para practicarla; por esto los grupos formados para servir son necesarios para el ejercicio idóneo, calibrado y prudente de la profesión. En este orden de ideas, pensemos nuestro Centro para la Formación Cafetera ejerciendo los mínimos de colegaje desde la práctica de la honestidad, el respeto, la benevolencia, y la erudición, como complementos necesarios de un instructor que siempre debe pensarse en función a la adquisición de conocimientos y a la proyección de los mismos para adquirir fortaleza integral.
Los instructores tenemos la obligación ética de adquirir preparación suficiente en calidad y cantidad para brindar el mejor servicio a quienes lo requieran, del mismo modo tenemos uno deberes en función a nuestro ejercicio de colegaje:
• La Educación: esta se ejerce a través del ejemplo, lo cual implica la coherencia entre lo que pesamos, sentimos y realizamos desde nuestros ejercicios cotidianos.
• El Respeto al prestigio; implica no denigrar de nuestro colega, evitando los comentarios negativos frente a los aprendices.
• Actitud ante los errores o desconocimiento en ejercicio de nuestra labor; Esto supone actitud para reconocer los errores, pedir acompañamiento y asesoría.
AUGUSTO SOTO GÓMEZ - Instructor Ética
No hay comentarios:
Publicar un comentario